De la terapia Gestalt y de la importancia de crear

Crear

Hace escasos instantes me encontraba tumbado en el sofá, comenzando la lectura de la Charla III de Fritz Perls publicada en el libro “Sueños y Existencia”. El capítulo comienza hablando de la importancia del aquí y el ahora. Nada existe si no es en el presente. El pasado ya no existe, el futuro aún no ha llegado. Si recordamos, lo hacemos desde el presente, y alguna motivación tenemos en este preciso momento para hacerlo. Si anticipamos, de nuevo es en el presente y de nuevo tenemos una motivación en este momento para hacerlo.

No tardo mucho tiempo en evadirme un poco (no demasiado), llevando mis pensamientos hacia las diferentes formas de hacer terapia. Me detengo en aquellas que precisan de procedimientos establecidos o protocolos de actuación para programar las sesiones. Concretamente, recuerdo algunos momentos de mi formación en el Máster de Psicología Clínica y Psicoterapia, cuando mis compañeros elevaban sus quejas durante el módulo de Mindfulness porque nadie nos había explicado ninguna forma de proceder a la hora de aplicar las meditaciones. En el fondo, a mí me llegaba la súplica siguiente: “Dime cómo tengo que hacer esto, porque yo no sé”. En Gestalt llamamos a esto la búsqueda de apoyo ambiental. Vaya por delante que mi intención primera no es criticar el Cognitivismo. Si hablo de esto es porque es lo que me ha surgido y me veo en el derecho de comentarlo para expresar mis ideas.

Sabemos y está demostrado que gran parte de los problemas emocionales que los pacientes traen a terapia, como si los llevaran en mochilas y no fueran del todo con ellos, tienen mucho que ver con la incapacidad de permanecer en el presente. No son pocas las veces que nos han transmitido que los problemas depresivos se correlacionan con una excesiva rumiación de acontecimientos pasados, mientras que los problemas de ansiedad se corresponden más con anticipaciones hacia el futuro. Perls llamaba a esto angustia, y la definió como la brecha que hay entre lo que es ahora y lo que vendrá en el futuro.

Si profundizamos más, vemos que en estos problemas emocionales tiene mucho que ver el carácter de cada uno. La sociedad nos ha hecho creer que es necesario el carácter y que una persona con “mucho carácter” tiene más probabilidades de éxito en cualquier cosa que se proponga o que, como mínimo, tendrá más éxito social. Pero cuando definimos qué es el carácter, y vemos que se trata de una serie de pautas rígidas que hemos ido desarrollando y dejando cristalizar a lo largo de nuestro desarrollo vital, principalmente en la infancia, y que nos condenan a responder ante el ambiente y sus desafíos de una misma y predecible manera, la cosa ya no pinta tan bien. El carácter nos ata al pasado, nos pone difícil contactar con lo que somos nosotros mismos en el presente. Las crisis existenciales se originan cuando nos preguntamos “¿Quién soy yo?” o “¿Qué soy yo?”. Y bienvenidas sean.

La terapia cognitiva se sirve de técnicas y procedimientos establecidos para ayudar a las personas precisamente con este tipo de problemas. Si analizamos un poco esto, nos damos cuenta que emplea procedimientos establecidos en el pasado para tratar de ayudar a las personas a aprender a vivir en el presente. Suena paradójico. Y de hecho lo es. Por lo menos desde mi punto de vista. Lo veo como un ayudar a las personas a cambiar de manera artificial. Sin comprender bien el cómo de este cambio o el cómo es lo que hay ahora.

Entonces, ¿cómo podemos vivir en el presente? Los procedimientos establecidos, ya sean los propios del carácter de cada uno o los propios de una determinada forma de hacer terapia, nos anclan al pasado. A lo que una vez fue. Por tanto, parece que la única forma de vivir y experimentar con plenitud un momento es mediante la creatividad. La capacidad de crear constantemente, adaptándonos a las exigencias de un ambiente cambiante. Y es en esto en lo que consiste el auto-apoyo. Y en mi opinión, este auto-apoyo es el objetivo que toda terapia debería perseguir. Dotar a la persona de la capacidad de adaptarse de forma creativa, de crear nuevas formas de relacionarse con el mundo.

Esto es lo que persigue la terapia humanista en general, y la terapia Gestalt en particular. Desde aquí, los terapeutas tratamos de desarrollarnos como personas capaces de adaptarnos de esta forma creativa a las exigencias del medio ambiente, trascendiendo nuestros propios mecanismos de conducta, y ayudar a las personas que acuden a terapia a lograr esto mismo.

1 comentario en «De la terapia Gestalt y de la importancia de crear»

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información

ACEPTAR
Aviso de cookies